Las decisiones importantes sobre el menor son tomadas por ambos padres de forma equitativa y con los mismos derechos.
La Comunidad Autónoma de Aragón fue pionera en su establecimiento, así pues, es el régimen que prima en nuestro Derecho Foral por encima de la custodia individual. Si bien es cierto que su concesión no es automática y está sujeta a que sea en beneficio del menor.
En este tipo de custodias, el cuidado del hijo o hijos se lleva a cabo de manera equitativa y con los mismos derechos entre ambos padres. Es decir, las decisiones importantes que afectan a la vida del menor se deben tomar de forma conjunta.
La custodia compartida existe desde el nacimiento del niño y hasta que este se convierte en mayor de edad y se emancipa. Hasta entonces, la relación entre los padres y el hijo o hijos debe ser como si no existiera el divorcio.
La custodia compartida se puede perder en algunos casos. Por ejemplo:
1.
Si uno de los progenitores se muda a otra ciudad y esto dificulta la vida del menor, puede pasar a ser custodia monoparental con un régimen de visitas.
2.
Si uno de los padres llega a ser nocivo para el menor, ya sea porque pone en peligro su seguridad o sea agresivo y puede resultar peligroso para el menor.
3.
Si una de la partes forma una nueva familia y la pareja puede suponer un riesgo para el menor o utilizar a sus hijos en su contra la custodia sería retirada.
4.
Haber estado multado en hasta 3 ocasiones por viajar en el coche sin el sistema de seguridad del menor colocado, ya sea el cinturón de seguridad o la silla adaptada.
5.
El ingreso a prisión de uno de los padres es motivo de exigir la custodia monoparental por parte del otro, sobre todo en caso de estancias largas.
El tiempo que va a pasar el hijo con cada padre depende de muchas circunstancias como disponer de una vivienda fija, circunstancias laborales o la distancia entre los domicilios de los padres. La decisión se toma en la mediación familiar que es un proceso previo al divorcio.