Cuando un matrimonio decide separarse y hay hijos menores de por medio, suelen surgir discusiones en torno a la regulación de la custodia, fijando si será monoparental o compartida. Pero, ¿conoces las diferencias entre ambas? Te damos las claves para entender las diferencias entre custodia monoparental y compartida.
Cuando una pareja de cónyuges decide divorciarse y hay menores de por medio, la cosa se complica. Sobre todo, en lo que respecta a la regulación de las relaciones paterno-filiales, es decir, la custodia. En la mayoría de casos, suele ser compartida, aunque también existe la posibilidad de la custodia monoparental. ¿Sabes cuáles son las diferencias entre custodia monoparental y compartida? Te las contamos a continuación.
Antes de empezar, conoce qué es la patria potestad
Para entender la custodia de un menor, debemos incidir en un elemento clave: la patria potestad. Esta comprende todos los derechos y deberes que los padres han de tener sobre los hijos menores no emancipados. Esto se refiere a ejercer la paternidad con el fin de salvaguardar los interese de sus hijos. En general, la patria potestad se concede a ambos padres, y solo se puede perder en caso de:
- Fallecimiento de uno de los progenitores.
- Cuando el hijo cumple la mayoría de edad o ya está emancipado
- Cuando se dan en adopción
- Por sentencia judicial
Una vez que tenemos claro este concepto, ya podemos hablar de la custodia, es decir, el derecho que tienen los padres a convivir con el hijo de forma física. Existen dos tipos: la monoparental, que se concede solo a un padre; y la compartida, en la que ambos progenitores conviven con el menor. Ahora, veamos las diferencias entre custodia monoparental y compartida.
El régimen de convivencia
En la custodia monoparental, uno de los padres que le asigne el juez permanecerá de forma continuada con los hijos. Al otro progenitor se le fijará un régimen de visitas que le concede, como mínimo, fines de semana alternos, días de fiesta y periodo de vacaciones (Semana Santa, Navidad y verano, divididas por la mitad).
En cambio, en la custodia compartida se va a fijar un régimen de convivencia que se adapte a las circunstancias de cada situación familiar. Se reparte el tiempo de forma equitativa: semanalmente, cada 15 días, de forma mensual, trimestral… Los menores deberán permanecer con los padres el tiempo que el juez haya establecido.
El uso de la vivienda
En la custodia monoparental se va a atribuir la vivienda al progenitor que se le conceda la custodia de los hijos, salvo que haya algún interés mayor que pueda beneficiar la convivencia del hijo y se aconseje la atribución de la vivienda al otro progenitor. Aun así, ese uso de la vivienda tendrá un tiempo límite.
En cuanto a la custodia compartida, se adjudica esta al progenitor que tenga una mayor dificultad económica o de acceso a la vivienda. Aunque, como en la custodia monoparental, también habrá un tiempo límite.
Los gastos de asistencia
Los gastos de asistencia los asignará el juez en función de las necesidades de los hijos y los recursos económicos disponibles de los padres. Aunque, para la custodia compartida, lo recomendable es abrir una cuenta de banco común en la que se domicilien los gastos de los hijos.
En la custodia monoparental, el progenitor que no tenga la custodia, abonará una pensión alimenticia a sus hijos en la cuenta bancaria que el otro progenitor desee. Dicha pensión se regulará y podrá variar en función del IPC.
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